La artesanía del trenzado a mano de piel es casi un arte perdido. Por eso, desde Naguisa queremos mostrarte, paso a paso, como un accesorio tan común como lo es un cinturón, en manos de nuestros artesanos, adquiere el valor que se merece.
Hoy nos adentramos en el taller de Carlos para mostrarte como se fabrica uno de nuestros cinturones trenzados, un nuevo producto que incorporamos al catálogo de Naguisa.
El cuero es el componente principal con el que están elaborados estos accesorios. Al igual que sucede con la piel empleada para nuestras botas, alpargatas y sandalias, utilizamos cuero de curtición vegetal, el cual es más natural y más amigable con el medioambiente.
Una vez se escoge la piel idónea para la elaboración del cinturón, esta se encola junto a otra piel para que ambas caras sean buenas y se corta en tiras del largo deseado.
Seguidamente, un artesano coge estas tiras de piel, previamente cortadas, y empieza a trenzar cuidadosamente a mano lo que será el largo del cinturón. Este proceso se hace de forma minuciosa para que la trenza quede plana y no moleste en la cintura a la hora de vestirlo.
Para la hebilla se emplea una base metálica sobre la cual se encola una pieza de piel, previamente troquelada. Con cuidado y ayuda de algunas herramientas, la piel se adapta a la forma de la hebilla. Posteriormente esta pieza se pule y se montan las dos piezas que forman el cinturón final, quedando un perfecto accesorio para toda la vida.
Los cinturones trenzados gozan de gran popularidad gracias a su elegancia atemporal. Ya sea para rematar un conjunto o para agregar un poco de forma a un vestido largo, el cinturón trenzado es sinónimo de estilo. Además, emite un mensaje de confianza y puede convertir un look simple en impactante con una simple vuelta en tu cintura.