Los cambios de estación conllevan también cambios de armario. Cuando empieza a asomar la primavera, es necesario empezar a guardar los jerséis de lana y empezar a sacar los vestidos de lino. Lo mismo sucede con el calzado. Las botas de piel acaban relegadas al fondo del zapatero y son reemplazadas por las sandalias y alpargatas de yute.
Pero antes de que esos zapatos que han cuidado de nuestros pies del frío y la lluvia, empiecen su hibernación, debemos darles un último mimo para que el próximo otoño sigan como nuevos.
A continuación, te proponemos un sencillo tutorial para limpiarlos:
1. Primero de todo, con una goma de borrar, limpia las marcas y roces que tengan tus botas o botines.
2. Coge un paño limpio un poco húmedo y limpia la suciedad adherida, primero a la piel y por último a la suela.