DIÁLOGO CON ANDREA MOTIS

ANDREA CON SUS SULCO CRUDO

Es un honor presentar nuestra siguiente entrevista con Andrea Motis, una trompetista, saxofonista y cantante de jazz de renombre internacional. Su talento y pasión han resonado en escenarios de todo el mundo, y nos llena de emoción contar con una artista como ella entre nuestras seguidoras. Como fervientes admiradoras de su trabajo, estamos ansiosas de compartir su perspectiva y experiencias con todas vosotras. ¡Disfrutas de esta conversación!

Tu pasión por la música comenzó desde una edad temprana. ¿Qué recuerdos tienes de tus primeros encuentros con el jazz?

Siempre estuve muy interesada en la música. Desde pequeña, solía memorizar y cantar canciones que me emocionaban. El jazz, con sus notas envolventes y misteriosas, entró en mi vida de la mano de mi padre. Era un gran admirador de muchos músicos de jazz, pero tenía un cariño especial por el contrabajista Charles Mingus. Desde pequeñas, a mi hermana y a mí siempre nos ponía discos de él, o de Joe Pass o Louis Armstrong. Esos momentos, se me han quedado grabados.

Con 27 años y ya tienes hasta un disco editado bajo el mismo sello que algunos legendarios como John Coltrane, Charles Mingus, Duke Ellington. ¡Eso debe dar algo de vértigo! ¿Pero imagino que a la vez debe reconfortar saber que tu música conecta con la gente, verdad?

Realmente fue increíble que me propusieran hacer un disco con el sello Impulse!, un sello con artistas tan legendarios en su catálogo. Aunque han pasado varios años desde aquel emocionante proyecto, siento que, para bien o para mal, honestamente, mis álbumes posteriores son mejores. ¡De verdad lo creo! Mi pasión es continuar esforzándome al máximo, buscando superarme con cada nuevo álbum.

ANDREA CON SU HIJO WALDI

Recientemente, te has convertido en madre nuevamente. ¿Cómo equilibras la maternidad con tu carrera musical y cómo influye esta experiencia en tu música?

¡Es difícil de explicar! En esta ocasión, con el nacimiento de mi segundo hijo, Waldi, no tuve la oportunidad de tomarme una baja maternal. Estuve trabajando en la banda sonora de una película de David Trueba. Aunque fue una experiencia maravillosa, coincidió justo con el parto, ¡así que fue una auténtica locura! Afortunadamente, estos meses tengo algo más de respiro. Estoy inmersa en el lanzamiento del disco ‘Febrero’, pero no tengo conciertos ni viajes, que conllevan una gran logística cuando tienes niños. El postparto es una etapa introspectiva, en la que físicamente no te sientes al 100%, y todo se hace un poco más difícil. Me esfuerzo por dar lo mejor en cada concierto, preparándome mental y físicamente, y en estos momentos, si no estás bien, se nota. Por eso, me ha aliviado saber que no tengo actuaciones programadas, lo que me permite enfocarme en el trabajo y también descansar.

La maternidad, sin duda, tiene un impacto profundo en una persona. Sé que puede sonar a tópico, y prefiero no caer en mensajes motivacionales cliché, porque soy consciente de la presión social que rodea a la maternidad. Respeto y apoyo a quienes deciden no tener hijos; quererse y cuidarse a uno mismo es igualmente valioso. Todos estos aprendizajes te moldean y se reflejan en la obra artística.

Sin embargo, a mí, la maternidad definitivamente me ha transformado. Soy más previsora, más organizada y valoro más la sencillez. Aprovecho las oportunidades que me brinda, como esos momentos aparentemente vacíos durante la lactancia, que en realidad son valiosos espacios para reflexionar y crear.

Hemos leído sobre la importancia que le das a crear una comunidad. ¿Podrías compartir alguna experiencia en la que hayas sentido que esa comunidad te ha apoyado y alentado en tu camino artístico?

Siempre he estado rodeada de familia. Mi padre fue mi manager hasta que se jubiló en 2020. Luego, mi maestro fue la persona que guio mi avance en la vida profesional; él formó un grupo con el que hemos tocado juntos durante más de 10 años. A estos integrantes los llamo ‘lovely uncles’ (un apodo que nos dio una fan en Japón) porque han sido parte de mi familia.

Hoy en día, tengo un nuevo manager y una nueva banda, pero sigo buscando crear una comunidad con la que sentirme tan respaldada como lo estuve en el pasado. A pesar de estos cambios, mi pareja, Christoph Mallinger, sigue siendo una pieza clave en mi carrera. Es el productor de mi último disco y también estará involucrado en el próximo. Creo que naturalmente tiendo a combinar familia y amistad con lo profesional.

Tu último disco, Loopholes, es muy diferente y quizás me atrevería a decir que es el más personal. ¿Qué te inspiró a crear este álbum?

La inspiración detrás de "Loopholes" proviene de la influencia de mi pareja, quien ha estado más en sintonía con la música contemporánea, mientras que yo me centraba en el jazz tradicional con formatos acústicos. Contamos con la colaboración de Stephan Kondert y su Big Band, especializados en hip-hop, lo que resultó en un proyecto verdaderamente innovador. Todo esto sucedió justo después del nacimiento de mi primer hijo. Me dejé guiar ampliamente por ellos, y juntos fuimos moldeando este proyecto coral entre los tres, con arreglos y composiciones en los que todos participamos en igual medida. Ha sido una experiencia verdaderamente especial y entrañable.

MODELO: SULCO CRUDO

La música suele llevarnos a través de diversas emociones y momentos de la vida. ¿Hay alguna canción en particular que tenga un significado muy especial para ti?

Para mí, la canción ‘On The Sunny Side Of The Street’ ha sido un acompañante constante a lo largo de los años. Es la melodía que marcó mi inicio con el saxo alto a los 11 años, representando un gran desafío superado. Para mí, hay toda una historia de superación detrás de esta canción. También fue la pieza que nos conectó a Christoph y a mí, así que también para mí es una canción de amor.

Aunque hay muchas canciones y muchos momentos en la vida, justo este próximo mes, lanzamos "Febrero", un álbum lleno de clásicos, algunos de ellos me evocan recuerdos de mis abuelos. Las canciones son memorias que trascienden las preferencias musicales y te conectan con seres queridos y momentos de la infancia. El disco también incluye "La chica de Ipanema", una canción que me ha marcado, ya que la interpreté junto a Quincy Jones en un festival. Para mí, todas son valiosos recuerdos.