N.:¿Podríais definirte brevemente?
S.F.: Soy diseñadora y artista. Actualmente trabajo para clientes nacionales e internacionales, unas veces desde mi estudio y otras veces en remoto. Soy bastante emprendedora y siempre tengo algún proyecto rondando. Me gusta ir andando a todos lados, me gusta la horchata, me gustan los calcetines de colores y me gustan las papelerías.
N.: ¿Qué te inspiró en convertirte en diseñadora gráfica y artista visual? ¿Fue algo que siempre quisiste ser o evolucionaste de una forma casual hacia esta profesión?
S.F.: Siendo pequeña solía acompañar a mi padre pintando, aunque entonces no tenía ni idea de lo que era el diseño. Mi abuelo siempre tenía los últimos programas de dibujo instalados en el ordenador listos para cuando fuera a su casa. Yo, por mi lado, tenía los sims.
Cuando era adolescente mi hermana me llevó a una familia escocesa para aprender inglés. Tanto el padre como la madre se dedicaban al diseño, y como yo no tenía nada mejor que hacer, me solían llevar a todos los recados y reuniones que tuvieran. Allí empecé a ver qué era eso del diseño y me empecé a interesar.
Esa serie de acontecimientos hizo que estudiara Bellas Artes en Madrid. En tercero me fui de Erasmus a Bélgica, y allí empecé por primera vez a estudiar asignaturas de diseño. No hubo vuelta atrás.