N.: ¿Quién es Nahia? Cómo te definirías. Explicamos brevemente algo sobre ti
N.: Soy una chica de 29 años, una emprendedora que empezó su andadura con tan solo 25 años. Me lancé al mundo retail sin tener experiencia, pero la capacidad de trabajo y el tener la idea de negocio clara han hecho que Hiruki haya cumplido 4 años con una pandemia de por medio. Me considero perfeccionista, cabezota y divertida. En mí día a día no pueden faltar el café, la música, y un rato de risas. Disfruto de las cosas bellas y me encanta rodearme de ellas. También disfruto de la gastronomía y una buena copa de vino tinto. Una prenda que no puede faltar en mi armario, las camisetas de rayas marineras, son ya parte de mi personalidad.
N.: ¿Cuándo abriste Hiruki? ¿Nos contarías brevemente la historia de tu tienda? ¿Qué te animó a dar el paso de montar tu propio negocio?
N.: Hiruki abrió sus puertas el 15 de diciembre de 2017. La idea de abrir una tienda ya llevaba conmigo mucho tiempo, pero no fue hasta que terminé el Grado en Periodismo cuando empecé a planteármelo más seriamente. Después de terminar el Grado y tomarme un año de reflexión, la idea de intentarlo seguía conmigo y decidí embarcarme en este proyecto.
La motivación para hacerlo era principalmente la idea de dar a conocer otra manera de consumo, un consumo más responsable y sostenible el cual empezó a interesarme unos años atrás. En un principio empecé a interesarme por la alimentación y terminé llevándolo a distintos aspectos de mi vida como la ropa o productos de belleza. Creo en otra forma de consumir, responsable y con conciencia. Intento apostar por marcas que son respetuosas con la sociedad y el medioambiente, doy prioridad a la calidad antes que a la cantidad y no miro solamente el precio, sino a todo lo que hay detrás: quién y dónde se produce cada uno de los productos, métodos de producción, filosofía de la marca, carácter social y medioambiental... Antes de conocer este tipo de consumo, yo misma fui una víctima del consumo irresponsable “low-cost”. Esto tiene una serie de consecuencias, como la explotación laboral o el impacto medioambiental.
Empecé a darme cuenta de esto y actué en consecuencia; mi manera de consumir cambió, me motivaba la idea de que si yo fui consciente y di el paso de cambiar mi manera de consumo, Hiruki podría ser un altavoz para ese cambio.