Tras esta primera etapa, el cuerpo nos pedía algo de energía, así que nos adentramos en el casco viejo, en la búsqueda de algo de “peixe e viño en cunquiña”. Tras alguna parada previa para degustar la gastronomía local, acabamos relamiéndonos en Taberna Benboa con un ‘hot dog de pulpo’.
Como no podía ser de otra manera, la lluvia nos sorprendió y tuvimos resguardarnos al cobijo de Waco, una pequeña cafetería de especialidad con tostador propio.