Para mí, el verano es calzarme mis BEMOL. Hace 12 veranos, vivía en Madrid y hacía medio año que mi amiga Carola había abierto una tienda en Barcelona con una selección de marcas locales. Como era costumbre, compartíamos nuestras vivencias diarias, y Carola, además de amiga, era mi confidente y proveedora de ‘modelitos’ de confianza.
Un día, me enseñó unas alpargatas amarillas que captaron mi atención al instante. Con un aire nostálgico, que me recordaban a aquellas cangrejeras de goma con las que había sido tan feliz en mi niñez, aquellas alpargatas fueron mi puerta de entrada al universo Naguisa.