Lorena Fernández es una mujer con magnetismo. A la luz de su popular cuenta de Instagram, @nasualua, se ha mantenido increíblemente auténtica, evitando los obstáculos obvios de ser para muchas personas, un referente en las redes sociales.
N.: ¿Podrías definirte brevemente?
L.F.: Gracias a vosotras, es un placer compartir espacio con mujeres tan inspiradoras. Si me hubierais pedido definirme hace algo más de un año la respuesta probablemente hubiera sido distinta a la de ahora. El año pasado en plena pandemia me convertí en madre y eso ha sido una revolución en toda regla: una búsqueda de mi identidad, un volver a conocerme, encontrarme con nuevos matices, nuevas prioridades…Creo que la nueva Lorena es más paciente, más empática y prioriza mucho mejor su tiempo
N.: Tu trabajo y tu vida han estado muy ligadas con las redes sociales, ¿cómo ves el futuro de la cultura “influencer”?
L.F.: En cuanto a la cultura “influencer”, no me queda muy claro cómo o hacia dónde evolucionará. Para empezar creo que este adjetivo se usa demasiado y muy a la ligera. En realidad pocas personas tienen un nivel de influencia real y, muchas veces, poco tiene que ver con los seguidores que tenga esa persona en sus redes sociales.Yo solo espero que seamos críticos y escojamos muy bien qué referentes tenemos y hasta qué punto influyen en nuestra toma de decisiones
N.: Visto que eres una genial creadora de guías nos recomendarías tu lugar favorito de Lisboa? ¿Y de Barcelona?
L.F.: ¡Muchas gracias! Mis sitios favoritos suelen ir cambiando y después de esta crisis sanitaria que nos ha tocado vivir muchos de los restaurantes, cafeterías o tiendas que tenía entre mis preferidos por desgracia han tenido que bajar la persiana.Ahora mismo me decanto por lugares públicos, de esos que por muchas pandemias que vengan seguirán enamorándonos con su belleza.Os diría que de Lisboa me quedo con el Jardim do Torel porque es un rincón muy especial y tranquilo de la ciudad, con distintos niveles (típico en Lisboa) y con un parque donde tumbarte a disfrutar de unas vistas mágicas. De Barcelona tal vez me quedaría con una plaza del barrio de Les Corts: la Plaça de la Concòrdia. Los vecinos comprando el periódico en el kiosko, los niños correteando tras la pelota, unas amigas que entran en el precioso centro cívico modernista… me parece un lugar precioso.
Fotos de Alejandra Perelló