Boyish Jeans & Naguisa: conectar personas y mejorar el planeta

Los vaqueros, al igual que las alpargatas, forman parte de ese vestuario tradicional concebido en sus orígenes para el trabajo. Ninguna de las dos piezas estaban destinadas originalmente al street-fashion y, casualmente, ambas se han convertido en recurrentes en nuestros looks e imprescindibles en nuestros armarios. 

Casi como un mejor amigo, todas tenemos un vaquero favorito al cual recurrir cuando no sabemos qué ponernos y una chaqueta vaquera de confianza que nos lleva acompañando a festivales de música y anocheceres veraniegos desde hace años. 

Por desgracia, el atractivo masivo del denim se ha convertido en un problema para nuestro entorno y para las personas que lo producen. Al contrario sucede con el proceso de producción de una alpargata, en el cual los materiales naturales como el yute, unidos al “know-how” y la paciencia de los artesanos, son los componentes que están consiguiendo revitalizar la economía de las zonas donde tradicionalmente se elaboraba este calzado. En el caso de los vaqueros, se necesitan 7.000 litros de agua para producir solo un par de jeans y gran parte de esas aguas residuales están llenas de químicos y sustancias que tiene un impacto destructivo en los ecosistemas, las comunidades locales y los propios trabajadores.

Afortunadamente, marcas como Boyish Jeans, nacida en Los Angeles, apuestan por la sostenibilidad de este tejido, usando un tercio de la cantidad de agua que normalmente se necesita para producir un par de vaqueros. La firma también apuesta por utilizar exclusivamente telas recicladas con las que consigue que la ardua tarea de encontrar un vaquero que siente bien se convierta en toda una experiencia como las de antes y produciendo en fábricas éticas. Todo un proceso con el que Boyish Jeans consigue reducir la huella de carbono y al mismo tiempo crear un producto de calidad. 

Esta visión afín a la filosofía de Naguisa, en la que la marca americana apuesta por unas siluetas vintage actualizadas y la creencia de que el buen diseño es sostenible, nos acercó a colaborar en una estival sesión de fotos firmada por la fotógrafa Carla Cuenca Cortés

Sus patrones de inspiración retro compartieron protagonismo con los modelos Peonia, Calau, Aritjol y Lirio en un emplazamiento playero que evocaba los interminables veranos de nuestra adolescencia, cuando el día de playa no terminaba al caer el sol. 

Una colaboración que ha unido a dos marcas con el objetivo de diseñar y producir, pensando en las personas.