Entrevista con Marina Senabre


N.: Hola Marina, ¡Gracias por compartir con nosotras este precioso proyecto! Queremos que te sientas libre de expresar y hablar de lo que mejor defina tu obra. Hemos preparado estas preguntas, pero siente libertad total en añadir lo que necesites para comunicar el proyecto y tu trabajo.
N.: Como enamoradas de Menorca, tras ver tu último proyecto, Casa E en Es Mercadal, nos hemos sentidos totalmente atraídas con la percepción que transmite de vivir en un espacio abierto y en contacto con la naturaleza pero de una manera muy íntima. ¿Nos podrías contar el concepto detrás tu obra?
M.S.: Me alegro mucho de que la vivienda se perciba de esta forma, porque es precisamente lo que quería transmitir, siendo también una enamorada de Menorca. La vivienda se plantea como una conversación entre dos piezas arquitectónicas. Dos volúmenes que representan, por un lado, la construcción y la edificación características de la isla de Menorca y, por el otro, la arquitectura contemporánea. Una pequeña pieza a dos aguas y una plana se miran y dialogan gracias al lenguaje que ambas utilizan: la composición y la estética. La intención es plantear el contraste entre la pureza de la geometría y la naturaleza ondulante que envuelve a la vivienda y que la arquitectura se pose sobre el paisaje de forma respetuosa, integrándose y destacando al mismo tiempo. El campo menorquín consigue entrar en la casa a través de las grandes aperturas cuadradas, como obras de arte en la pared que la enlazan completamente al territorio.


N.: ¿Puedes compartir con nosotras alguna curiosidad o experiencia sobre el proceso?
M.S.: Proyectar y construir una casa es un proceso largo, que se puede extender en un par de años. Es suficiente tiempo para que todas las partes cambien o evolucionen, así que es un proceso vivo. Es muy interesante realizar un proyecto de estas características de principio a fin, porque como arquitecta se adquiere un gran nivel de intimidad con los clientes. Se debe conocer bien la forma de habitar de una persona para poder crear su casa.
N.: ¿Cuáles son tus influencias?
M.S.: Mis influencias son muy variadas, al final son una colección de experiencias y referencias que he ido reuniendo con el tiempo, que pueden estar relacionadas con la arquitectura o no. En el proceso creativo, muchas veces inspira algo que poco tiene que ver con el proyecto, como una película, un libro o una fotografía. A nivel arquitectónico, seguramente mi primera gran influencia fue el Movimiento Moderno y siempre la llevo conmigo. En los últimos años, y cada vez más, me veo reflejada en la arquitectura japonesa, escandinava y portuguesa, esta última referencia es muy evidente en la Casa E. Y por supuesto, la arquitectura mediterránea siempre está presente en todos mis proyectos.


N.: ¿Siempre has tenido confianza en tu estilo, o es algo que una aprende con el tiempo?
M.S.: Es cierto que hay algo que puede reconocerse en todos los proyectos, desde la primera Casa M en Ciutadella, hace 8 años ya. Pero también creo en la importancia de la evolución como ejercicio de crecimiento personal y profesional. Así que supongo que es una combinación de ambas cosas: me gustaría que se me reconociera en mis proyectos futuros y al mismo tiempo que se leyera el desarrollo en la trayectoria. Me gustaría seguir explorando nuevos caminos, tanto a nivel estético como tecnológico y avanzar, por ejemplo, hacia una arquitectura cada vez más respetuosa, eficiente y sostenible.
N.: ¿Puedes compartir más sobre tus antecedentes y tu educación?¿Qué ha sido lo más impactante que ha contribuido a crear la mujer que eres hoy?
M.S.: Estudié arquitectura y después diseño gráfico. Siempre quise estudiar arquitectura, pero al terminarla me encontré en un momento en el que necesitaba indagar más en mi faceta creativa. Entonces quise profundizar y aprender más sobre geometría, proporción y composición, aspectos que después volvería a aplicar en la arquitectura. Ambas disciplinas tienen mucho que ver, porque al final se trata de establecer relaciones en un lugar que o bien se habita o se lee, desarrollar conceptos para luego aplicarlos, bien en un espacio o un libro o un entorno digital. Sin embargo, aunque mi trayectoria a partir de la carrera me ha hecho crecer cada año exponencialmente tanto a nivel profesional como personal, me quedaría muy corta diciendo que la mujer que soy hoy se debe simplemente a este periodo. La base de lo que soy se la tengo que agradecer a mi madre y a mi abuela: dos mujeres impresionantes y enormemente avanzadas al tiempo que les tocó vivir que me enseñaron a relacionarme con el mundo desde la igualdad y la libertad. Hoy soy una mujer en un mundo de hombres, lo cual sigue siendo difícil, pero si estoy capacitada para moverme de forma natural en este contexto y seguir siempre creciendo es gracias a ellas.


N.: ¿Más allá de tu oficio, hay algo más sobre lo que estés interesada en aprender más? ¿O algún hobby que te robe el tiempo?
M.S.: ¡Hay muchísimas cosas sobre las que me gustaría aprender más! Siento interés por todas las expresiones artísticas: la pintura, la fotografía, la danza, la música… Tengo claro que en algún momento volveré a estudiar otra carrera, seguramente Historia del Arte o Psicología. A medida que voy creciendo encuentro cada vez más importancia a la psicología, al hecho de tratar de entender la condición humana. Al final, la vida somos personas relacionándonos con otras personas (y con la tierra y los animales), las relaciones humanas son la base de todo, tanto afectivas como laborales. Tantos conflictos son simplemente consecuencia de no sabernos entender entre nosotros mismos, de la falta de empatía en un mundo alejándose cada vez más de la escala y la velocidad humanas. Me interesaría muchísimo aprender en este sentido, nuestras cabezas son fascinantes. En lo que respecta a mi profesión en concreto, me parece fundamental: es esencial comprender a una persona para proyectar su casa. Entender “La Casa” como una traducción de la forma de habitar y comprender el mundo en un espacio, tan complejo o tan sencillo como puede ser una persona.

