5 FORMAS DE PISAR EL OTOÑO
Cada año, cuando el aire empieza a enfriarse y las primeras hojas crujen bajo nuestros pies, el botín vuelve a ocupar su lugar en el armario. Es un esencial, el tipo de calzado que marca el inicio de una nueva temporada y, al mismo tiempo, un pequeño objeto de deseo. Hay algo en su silueta que anuncia el cambio de estación y despierta el deseo de volver a calzarse con intención.
Entre nuestros diseños, hay cinco interpretaciones de ese gesto cotidiano: ELUR, BIELDO, BINA, ERA, ANNA.
ELUR abre la temporada con un guiño lúdico. Sus cordones y su diseño abierto invitan al juego: un par de calcetines de lana gruesa, medias de colores o transparencias sutiles cambian por completo su expresión.
Un botín versátil que celebra la libertad de combinar y experimentar.
BIELDO, en cambio, encarna la sencillez más clásica. De caña baja y con un pequeño tacón, es ese modelo que sirve para todo: del despacho a una cena, de la rutina al encuentro inesperado.
BINA representa el espíritu más funcional. Su suela más informal y su ligereza lo convierten en un compañero natural para el día a día.
Un diseño que entiende que la comodidad también puede ser una forma de elegancia.
ERA es ese botín que te protege en los días fríos. De inspiración wallabee, combina un pequeño tacón con una suela track que aísla del suelo y mantiene el pie abrigado.
Su interior de piel, cálido y confortable, está pensado para seguir el ritmo de tus rutinas: del trabajo a una tarde de compras o un encuentro con amigas, siempre con la sensación de estar cómoda y a gusto, haga el tiempo que haga.
Y ANNA, con su puntera de piel trenzada y un discreto tacón, propone una versión más refinada. La cremallera interior facilita el gesto de calzarlo, pero lo verdaderamente práctico es su equilibrio entre forma y función.
Todos ellos nacen en nuestro taller de
Sant Just Desvern, donde los diseñamos y prototipamos antes de viajar al Levante, cuna de una larga tradición zapatera.
Allí, manos expertas transforman cada idea en un objeto tangible: cortan, cosen, trenzan y montan con el cuidado de quien sabe que la verdadera belleza está en lo que no se ve.
En cada puntada, un gesto de oficio; en cada par, una invitación a caminar con Naguisa.