DIÁLOGOS CON CATERINA PÉREZ – LA VORA

CATERINA EN SU ESCUELA DE COSTURA "LA VORA"

Caterina Pérez nació en Sant Cugat, España, en 1978. Tras estudiar arte dramático en el Instituto del Teatro, decidió formarse en el mundo de la moda. Desde entonces, ha estado vinculada al mundo textil y de la imagen, creando su propia marca de complementos, diseñando vestuario y trabajando como estilista y directora de arte en proyectos fotográficos.

En 2016, decidió iniciar su recorrido en la escritura, formándose en la Escuela de Escritura del Ateneu y publicando algunos de sus cuentos para adultos.

Actualmente, Caterina ha abierto su propia escuela de costura, La Vora, en Sant Cugat, donde comparte su pasión por la moda y la costura con sus alumnas.

CATERINA REVISANDO PATRONES

Al ver tu biografía, nos damos cuenta de que estamos ante una mujer polifacética, que siempre ha estado muy ligada a la cultura, las palabras y los oficios. Tras estudiar y trabajar en el mundo de la moda, ¿qué te llevo a lanzarte por la escritura?

En realidad, la moda también es contar historias. Como la escritura. A través de las prendas proyectamos la historia de quién somos, o quien queremos ser, proyectamos un estado de ánimo, unos valores, un mundo. En la escritura, aunque escribas ficción, también reflejas tu historia, tu estado de ánimo y tu mundo. Así que siento que todo va muy ligado.

Aun así, lo que me llevó a entender que para mí la convivencia de la moda con las letras tenía sentido, es sencillo: tuve una marca de bolsos y complementos, y después de cinco años desarrollando el proyecto, me di cuenta de que lo que más me gustaba era contar el proceso, contar la historia que había detrás de cada pieza, ya fuese a través de la palabra escrita o de la imagen. Así que decidí apuntarme a la escuela de escritura del Ateneu barcelonés. Allí se me abrió un mundo.

Ahora que en mi vida hay clases de costura y escritura, me fascina ver como se complementan las historias con la costura; porque al fin y al cabo, hilar un relato se parece mucho a coser, a construir una pieza… Y porque los ratos de costura entre mujeres son grandes fuentes de historias, donde se pone en común, de manera espontánea, pensamientos y vida.

DETALLES DE LA ESCUELA LA VORA QUE DIRIGE CATERINA

Te hemos leído en Núvol y en Kireei, la publicación de nuestra querida Cristina. ¿Qué te inspira a la hora de escribir?

No puedo decir una cosa concreta, porque para mí escribir es una forma de mirar algo.

En el caso de estos cuentos que comentas, o en los cuentos que hay en el libro “Ruderals”, hay mucho juego; son como un campo de pruebas con algunas de las herramientas que la escritura te proporciona.

Puedo decir que escribir me resulta una forma de evadirme, de poner atención a las semillas que te da la vida, también una forma de viajar. Para mí, escribir un relato se parece mucho a moldear un jarrón, ir dándole forma y tiempos de reposo, e impregnando en él algo de la esencia del momento que vives. También la música que estás escuchando, o el libro que estás leyendo…, todo eso, de una forma u otra, queda en ese jarrón, como pequeños secretos en su estructura.

PREPARANDO LA MÁQUINA PARA COSER.

La costura siempre ha formado parte de tu vida, tanto en lo laboral como en lo vocacional. ¿Cómo nació la idea de abrir una escuela de costura, La Vora, en Sant Cugat? ¿Qué te motivo?

Llevaba más de diez años dando clases de costura y sabía que aquello me gustaba. Me gusta dar clases, ver, crecer, dar, aprender, intentar encontrar la forma de ofrecer un contenido útil. Y también me chifla la parte social: estar con gente, nutrirse, cuidarse (¡cosa que no pasa con la escritura, que es muy solitaria!). Y de repente tuve la necesidad de montar mi proyecto, recoger toda la experiencia de esos años, y crear mi escuela a medida, que pudiese hacer crecer, o ecualizar a mi ritmo vital.

CATERINA CON LAS ALPARGATAS SILENCIO OLIVA

¿Qué valores se promueven en La Vora? ¿Consideras que la costura puede ser una herramienta de expresión?

Totalmente. Y de independencia, ¡también! Es decir, no hay nada más satisfactorio como ser autosuficiente en cosas básicas de la vida; y el vestir lo es.

En los últimos años, en La Vora, intento poner el foco sobre el concepto de paciencia. Cosa que tiene que ver mucho con la costura, la buena costura. A menudo, nos apuntamos a costura con una idea de calma, de hacer las cosas bien. Pero a la hora de la verdad, veo que cuesta quitarse ese impulso consumista de producir muchas prendas, que sean rápidas y no dificultosas, y sin mirar mucho los acabados. Y creo que, en La Vora, vamos trabajando esa bajada de marchas, ese entender que quizás no necesitamos tantas prendas, que merece la pena aprender las técnicas que nos son más difíciles, poner todos los sentidos en aquello que estamos creando… Las cosas fáciles y rápidas las podemos hacer en casa, a La Vora vamos para ir un poco más allá.

Más allá de la costura, hay otra cosa que creo que se trabaja en La Vora: La sensación de comunidad, de compañerismo. Coser acompañadas es una cosa muy ancestral, y el grupo se va haciendo solo, pero debo decir que la escuela está pensada para que esto suceda de forma más compacta (grupos fijos, trimestrales, disposición de mesas…) Y sobre todo la convivencia entre generaciones, esto es algo muy enriquecedor y hermoso.

CATERINA PLANCHANDO UN TROZO DE TELA

ELECCIÓN DE HILOS PARA EL PROYECTO DE COSTURA

De todo el proceso de creación de una pieza, ¿con qué parte disfrutas más?

Podría decir que la búsqueda o elección del material es un momento maravilloso, porque despliegas tu capacidad creativa y de honestidad con tus capacidades, pero también de sorpresa, y de flexibilidad. Empiezas a dar forma sobre la nada. También me parece muy emocionante el momento en el que la pieza empieza a aparecer; allí ya tienes los primeros pálpitos de sí, aquello puede terminar bien o no. Pero cuando más disfruto no es en una “parte” concreta, si no cuando todos tus sentidos están puestos en aquel pespunte, o en aquel planchado, como si realmente dialogases con el material. Cuando esto sucede, el éxito está asegurado.

Conoce la escuela La Vora en Sant Cugat.